Redoblo cualquier apuesta, pongo pleno al presente, qué importa perder la vida si ni siquiera es mía. Llevo adentro un verdugo que no tiene corazón, con una mano te acuesta, y con la otra te da tiro.
Redoblo cualquier apuesta,
pongo pleno al presente,
qué importa perder la vida si ni siquiera es mía.
Llevo adentro un verdugo que
no tiene corazón,
con una mano te acuesta,
y con la otra te da tiro.
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